viernes, 13 de diciembre de 2013

Go on.

A veces, ves sufrir a la gente y puedes ayudarlas.
Otras, es imposible.
Ver cómo desaparece el brillo de los ojos de alguien y que cuando recibe esa llamada nocturna se le llenen los ojos de lágrimas y se le quiebre la voz me mata.
Me mata cuando se encierra en su habitación a hablar con él.
Me mata cuando sale de ella con una sonrisa y los ojos rojos.
Me mata tener que comerme sus enfados porque le echa de menos.
Me mata que él me llame desde allí para decirme que cuide de ella y que no le diga nada a mi hermano.
Me mata sentirme como hace trece años...
Pero, siempre sonrío.
Porque eso les da aliento.
Eso y el amor que se tienen mis padres.
Y es difícil.
Lo sé.
Lo saben.
Pero seguimos adelante.
Como antes de que él ocupara el puesto de padre en mi vida.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Y todo vuelve a empezar.

Y todo vuelve a empezar.
Los temores están siempre ahí.
A veces vuelven.
A veces se van para siempre.
A veces se esconden y siempre han estado ahí.
Y si vuelven todo es caos.
Y te cuesta respirar.
Y tienes miedo.
Y silencio.
Nada suena.
Ni un murmullo.
Ni un mínimo susurro.
Nada.
Y el peso en tu pecho aumenta y se queda ahí.
Y cuesta respirar.
Cuesta respirar más de lo normal.
Y las lágrimas llegan.
Y el no dormir las acompaña.
Y el silencio queda roto por ellas.
Pero, de repente, llega el sueño.
Y duermes. 
Y descansas por primera vez en mucho tiempo.
Y a la mañana siguiente vuelves a sonreír.
A veces de verdad.
Otras de mentira.
Pero el miedo sigue ahí.
Y el silencio llega de nuevo cuando no puedes aguantar más la sonrisa.
Y todo vuelve a empezar.