Fá-cil. O eso parecía.

Me gustaría que solo fuera mío.
Como antes. Él y yo. Sin terceras personas.
Él y yo como hace un año y tres meses.
Pero hace un año y un mes llegó una tercera persona.
Y de repente ya no éramos tú y yo. Éramos tú, yo y ella.
Y después se unieron más al club. Me lo puedes explicar?
Por qué por una vez no te puedo tener solo para mi?
Como antes. Tan fácil y sencillo como pasear comiendo un helado mientras escuchábamos música en mi viejo y roto mp4. Tan simple. Tan sencillo.
La estúpida moda por ti se acabó hace seis meses. Pero yo sigo ahí. Y tú lo sabes.
Lo sabes todo. Y dudas. Porque lo ves. Ves que sería fácil, tan fácil como respirar.
Tan fácil como ir cogidos de la mano comiendo un helado y escuchando música en tu iPod.
Tan fácil como jugar al Angry Birds en las tablets de la FNAC.
Tan fácil como sentarme en el suelo de tu habitación para cantar mientras que tú tocas la guitarra.
Tan fácil como morderte, como hacía antes.
Tan fácil como ser Catwoman y tú Batman.
Tan fácil como apostar besos.
Tan fácil como soñar conocer a Jared Leto.
Muy fácil.
Pero la duda siempre está ahí, verdad?
Siempre la puta duda, que se mete donde no debe.
Y nos separamos.
Al principio te separas un mm, luego dos.
 Cuando me doy cuenta solo te puedo rozar la mano con el brazo estirado.
Intento recuperar el espacio perdido pero tu te alejas más.
Tanto así que la distancia no te parece suficiente.
Y me dices que te marchas.
A otro sitio, otra ciudad diferente. Con ella.
Eso fue hace dos meses.
Poco hemos hablado desde aquella.
Esa noche lloré mucho.
Y hoy me entero de que no es cierto. O al menos eso parece.
No te vas, te quedas. Otro instituto, pero misma ciudad.
Pero yo no sabía nada. NA-DA.
No sé donde estás, qué haces. Llevo semanas sin verte y sin hablar contigo.
Y qué hago yo mientras?
Aferrarme a tu púa rota, con la que tan buenos momentos hemos pasado.
Hasta que llegue Robin a salvar a Catwoman.