Me frustras.
Te acercas.
Te alejas.
Ni tú sabes lo que quieres.
Pero por un motivo u otro tú sabes lo que yo quiero.
A pesar de que no te lo he dicho claramente.
Estás en un momento de indecisión.
De neutralidad.
En el que yo me frustro, me enfado, soy feliz y grito por momentos.
Porque todo es confuso.
Y extraño.
Y los demás lo notan.
Lo sienten.
Lo perciben.
Y queremos que todo vuelva a la normalidad.
Aunque yo quiera algo más.
Aunque yo fuera capaz de vivir en un sofá entre tus brazos eternamente.
Pero me conformaré con mirarte mientras te muerdes las uñas.
Si, frustrante es una muy buena forma de describirlo, si señora...
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